AQUELLA
EMPINADA ESCALERA DE PIEDRA.
Casi 40 años hace que crucé por
vez primera la puerta del colegio, después de una larga entrevista, el P.
Carlos Díaz Muñiz me invitó subir una empinada
escalera de piedra que culmina en su última planta con la hermosa vidriera
del P. Claret y la Reina Isabel II. Portaba sobre mi espalda una pesada mochila y en su interior una carga de
esperanza, ilusión y algunos conocimientos deseosos de escapar. Mis alumnos agricultores,
carpinteros, ingenieros, arquitectos e informáticos… incluso sacerdotes y
misioneros, todos llevaron un poquito de mi mochila.
Ahora y cuando intento bajar la empinada escalera, al pasar junto a la vidriera,
mi vieja mochila regresa repleta de sabiduría,
abrazos y agradecimientos a todos los que compartimos tantas subidas y bajadas
en aquella empinada escalera de piedra.
Echaré de menos mis alumnos, mis
compañeros y sobre todo las tertulias mañaneras y futboleras del recreo. Toda mi
vida pasó por el colegio, aquí desarrollé mi trabajo, me casé, nacieron mis
hijos y fui padre y maestro a la vez.
Pido perdón si alguna vez pude
ofender a los que veo cada día o a los que marcharon, los que recuerdo o a los
que a menudo olvido… a todos.
¡Siempre lo llevaré en mi corazón!
Claudio Ruiz Barroso, profesor del
Colegio Claret de Don Benito. Junio 2018.